Martí revolucionario. Primer tomo

Ezequiel Martínez Estrada ; prólogo de Roberto Fernández Retamar.

3ª edición. 15.000 ejemplares.

La Habana : Casa de las Américas, diciembre de 1974.

xvi + 618 págs. ; 22,5 x 15 cm.

Resumen: Este es el primer tomo de la monumental biografía de José Martí que Martínez Estrada programó y comenzó a escribir durante su estadía en Cuba (1960- 1962). El segundo tomo nunca fue publicado y se desconoce el destino que tuvo ese manuscrito. El tercer tomo se publicó en México, dos años después del fallecimiento de don Ezequiel, con el título Martí: el héroe y su acción revolucionaria (Siglo XXI, 1966), es decir, antes que el primero. Más allá de la vastísima bibliografía y cantidad de documentos inéditos consultados, esta obra lleva en sí el apasionamiento y enorme admiración del autor por el prócer cubano. Dice Fernández Retamar en el prólogo: «Don Ezequiel estremecía a cuántos se le acercaban, por la incandescencia de su amor a Martí. Implacable para casi todo el mundo, áspero incluso con sus amigos fraternales, tenía las ternuras más delicadas para quien consideraba maestro y padre. Yo no podía dejar de impresionarme ante este juego dramático del tiempo: aquel anciano miraba con respeto filial a un hombre que, al morir, contaba casi veinte años menos que él. ¿O era más bien extraño orgullo de padre, de padre frustrado en la carne, lo que lo llevaba a conmoverse hasta las lágrimas, ante aquel hombre joven que había podido demostrar al mundo de lo que éramos capaces en grandeza, sacrificio y hermosura? Lo que sí me parece evidente es que don Ezequiel había dejado atrás el mero interés histórico, y tenía con aquella sombra un contacto personal. Aunque es bastante probable que el único interés histórico realmente fértil es el que crece hasta que ya no tocamos un dato, una fecha (o un libro, como temían Sócrates y Whitman), sino un hombre. "Quizás ha sido a dos argentinos", dijo Haydee Santamaría, "a quienes he oído hablar con más pasión, con más identificación, de José Martí: uno es don Ezequiel; el otro, Che". De ellos, el guerrero, el héroe, le está siendo fiel con los pobres de la tierra, en el vasto campo de batalla que hubiera sido el de Martí de estar vivo; el otro, el sabio, se consagró a mostrar su rostro verdadero, dedicó afanosamente sus empeños últimos a una tarea que posiblemente ha quedado inconclusa, al morir el 3 de noviembre de 1964.»